Fortalezas de la Tierra Media.

Torre de Orthanc.

Orthanc es una gran torre situada en el centro de Isengard, morada de Saruman. Su nombre significa "monte del colmillo" en sindarin y, en rohírrico "espíritu astuto".

Era una torre formada por cuatro columnas de gran alzada, construidas con piedra negra. A gran altura estas columnas volvían abrirse formando altos y curvos picos que le daban aspecto de corona. Esta zona, en lo más alto, estaba cubierta con extrañas inscripciones. La Torre estaba asentada sobre una plataforma circular y escalonada, también de piedra negra. En realidad su altura era impresionante y dominaba todo el llano.

Un ancho camino pavimentado, conducía desde las grandes puertas, en los muros de Isengard, hasta la torre y en todo lo largo había columnas y tallas. En la cara oriental, en el ángulo formado por dos columnas, se encontraba una puerta de hierro, única entrada de la torre, y algo más arriba un balcón al que se llegaba subiendo por una escalera de piedra de 27 escalones. En toda su altura y perímetro se hallaban troneras, desde donde se podía ver todo el valle.

Isildur llevó, a finales de la Segunda Edad, una de las palantir más pequeñas a la fortaleza de Orthanc para poder vigilar la frontera noroeste del Reino de Gondor. La Piedra cayó en el olvido a partir del año 2510, una vez que los Senescales cerraron la Torre con la llave de Orthanc. En el año 2759, Beren entregó la fortaleza a Saruman, sin sospechar que, éste, en secreto, deseaba la Piedra para provecho propio. Pero no fue hasta muchos años depués cuando se vio con la necesidad de usarla, cayendo irremediablemente bajo las redes de Sauron, que controlaba la muy superior Piedra de Ithil.

Gandalf permanece prisionero en la torre tras visitar a Saruman, ignorante de su traición y alianza con Sauror, señor de la Sombra. Desde allí observa la transformación de los jardines de Isengar en una industria para la guerra a las órdenes de Saruman. Escapará gracias a la ayuda de las Águilas.

En el año 3019, tras la derrota de los ejércitos de la Mano Blanca en el Abismo de Helm, los Ents destruyen Isengard. Gríma, cautivado por Saruman, arroja la palantir fuera de Orthanc, que fue recogida por Gandalf. Pippin se la arrebató furtivamente en Dol Baran, contactando con Sauron y viendo un esbozo de sus planes, aunque casi le cuesta la vida. Aragorn, como legítimo propietario, la consultó en Cuernavilla consiguiendo dominarla con su fuerza de voluntad. Le mostró a Sauron la espada Anduril, forjada de los fragmentos de Narsil, revelándose como Heredero de Isildur. Las dudas invadieron entonces la negra alma del señor de la sombra. También pudo observar Aragorn la amenaza secreta que suponían los Corsarios de Umbar. Estas dos revelaciones influyeron decisivamente en la Guerra del Anillo.

Tras su coronación, Aragorn, el Rey Elessar, emprendió la restauración de Orthanc. La Palantir de Saruman fue devuelta de nuevo a la torre, que fue registrada a fondo. En ella se encontron numerosos objetos de valor, que se crían perdidos en algunos casos. Muchos pertenecían a la Casa de Eorl, pues fueron robados por Gríma en Edoras. Pero los objetos de mayor valor fueron encontrados tras una puerta impenetrable, pues Saruman la había preparado para ocultar allí el Anillo Único. No obstante pudo abrirse gracias a Gimli, encontrandose un cofre que guardaba la joya Elendilmir, que todos creían perdida, y una pequeña caja en la que el Rey Isildur guardó el Anillo cuando se lo arrebató a Sauron.