Casi un siglo después de la Nirnaeth Arnoediad (Batalla de las lágrimas innumerables) en la que Morgoth triunfo sobre los reinos libres y quedó como potencia dominante en Beleriand, Eärendil medio elfo intercedió ante los Valar para que ayudaran a los escasos reinos que aún se oponían a Melkor.
El ejército de los Valar, se preparó para atacar Angband, la fortaleza de Morgoth y contaba con la ayuda de los Maiar, las Águilas Gigantes comandadas por el mismo Eärendil en su barco Vingilot, los Vanyar, los Noldor fieles que se quedaron protegiendo Valinor y los Teleri de Alqualondë que contribuyeron prestando y conduciendo sus naves, pero no desembarcaron en la Beleriand por el rencor que sentían por los Noldor, que mataron a muchos de su raza en el pasado.
Zona de la contienda.
Antes del ataque, Eärendil se elevó por el cielo a bordo de Vingilot, portando el Silmaril en su frente, señal de esperanza para los pueblos libres de la Tierra Media A Morgoth el ataque lo tomó completamente por sorpresa y sus tropas más avanzadas fueron derrotadas en poco tiempo, pero una vez recuperado de la sorpresa, Morgoth contraatacó con fuerza e hizo retroceder incluso al ejército de los Valar.
Eärendil intervino en favor de las Águilas en un duro combate que duró un día y una noche, venció a Ancalagon y lo derribó sobre las torres de Thangorodrim, que se erguían sobre Angband. Sólo muy pocos de los barlogs, dragones y orcos sobrevivieron al empuje del ejército de Valinor. El ejército victorioso descendió sin miedo a la más profunda mazmorra de Angband, y allí Morgoth fue encadenado con Angainor (la única cadena que podía mantenerlo cautivo). Le rebanaron los pies y con su corona de hierro hicieron un collar, hundiéndole la cabeza entre las rodillas. Siglos después, los Silmarils pudieron brillar libres de nuevo.
Vingilot, el barco de Eärendil, es atacado por Ancalagon.
Morgoth fue lanzado al Vacío eterno más allá de las Puertas de la Noche, donde permanecerá preso por siempre, vigilado por Eärendil. A Sauron, el maia traidor, el más poderoso de sus siervos, lo obligaron a regresar a Valinor para ser juzgado pero, aunque en un principio mostró arrepentimiento, huyó finalmente y recayó en el mal, pues las ligaduras del mal lo tenían atrapado para siempre.
Las Puertas de la Noche, último destino de Morgoth. (John Howe)
La ira de los Valar fue tan grande que los mares comenzaron a anegar gran parte de Beleriand y las Tierras del Norte, cambiando para siempre la forma de la Tierra Media. Este suceso formó la Tierra Media tal y como la conocemos.